sábado, 30 de enero de 2010

Me escapé del mundo yéndome al norte
pero otro mundo esperaba allá.
Yo arrimé, siempre disparo a mansalva,
pero esa piel fue particular.

La hacés bien, y aunque te hierva la sangre
te encadenás para no llamar.
¿Como hacés? Conozco todos tus trucos
pero aún así me das que pensar.

Te guardás el orgullo donde nadie
pueda dudar de que lo tenés.
Y así vas, sin perder el objetivo,
pidiendo dos cuando querés tres.

Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden,
y aquellas voces no me hablan más.
Por favor, mentime y dame la espalda,
otra vez no quiero patinar.

Y me esperás más de la cuenta,
siendo siempre el que yo soñé.
Y firme yo, me encierro en que es peor
amar y envejecer.

¿Qué esperás?, mostrame todas las cartas,
a cara de perro no sé jugar.
Me endulzás el ego siendo sincero,
dale un poco y te va a pedir más.

Lo sabés, no hay arma más seductora
que contestar siempre la verdad.
Siempre estás del otro lado del Muro
de los Lamentos que me contás.

No sé hablar sin decir malas palabras,
amantes, mentira, infidelidad.
Nunca más te vendo gato por liebre,
por no ser cruel pierdo honestidad.

No es el fin, el problema son los medios,
no es algo que pueda respetar.
No está mal que terminen las historias
mientras haya historias que contar.

Y ya no esperarás más de la cuenta,
y siempre serás lo que yo soñé.
Y yo seguiré pensando que es peor
amar y envejecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario