miércoles, 17 de noviembre de 2010

Y ya no esperarás más de la cuenta siendo siempre EL QUE YO SOÑÉ y yo seguiré pensando que es peor amar y envejecer
No sé cuantas cosas se pueden encontrar
en el ojo izquierdo de una persona, pero 
que en tus labios yo pude encontrar
amor sin fin, y me hizo enloquecer.

No sé cuantas rosas te habrán regalado ya,
pero tengo todavía la esperanza de saber
que de todas esas rosas que te dieron
ninguna fue de papel.

Y te condena mi celoso corazón
cuando le contás tu historia,
nunca conocio la gloria
en cuestiones del amor.

Y sé que nunca se me va a olvidar tu voz
aunque pierda la memoria,
con acercarse a la victoria
se conforma un perdedor.

Y te tendré que dejar escapar,
sé que lo voy a lamentar,
pero te digo, amor,
hay que saber cuando parar.
¡QUÉ ALGO TAN LINDO ME HAGA MAL ES UNA PENA!
Como toda señorita era bien histeriquita, eras una ola en el mar. Siempre cinco para el peso, siempre abrazo nunca beso, y ahora ni torta ni pan. Ni este amor que nunca vio la luz. Sólo me quedan momentos de ese sueño momentáneo, viejos tiempos de adicción. A planteos poco cuerdos, al placer del desengaño, a la dulce confusión. Sólo me queda el consuelo de saberme muy tranquila; YO YA SÉ QUE LA PELEÉ.